La IA es clave para mitigar la escasez mundial de personal médico. Descubra cómo mejora la eficiencia y la calidad de la atención médica.
La escasez de personal médico es una crisis que afecta a los sistemas de salud en todo el mundo, agravada por el envejecimiento de la población, la sobrecarga de trabajo y la falta de recursos en muchas regiones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se espera que el déficit de personal sanitario alcance los 10 millones en 2030, lo que afectará especialmente a los países de ingresos bajos y medianos. Esta escasez plantea desafíos para la prestación de servicios de salud y aumenta el riesgo de agotamiento entre los profesionales actuales. A la luz de esta situación, la inteligencia artificial (IA) se perfila como una herramienta clave para mitigar la escasez de personal médico y mejorar la eficiencia de los sistemas de salud.
Diversos estudios e investigaciones han demostrado cómo la IA puede aliviar la carga de trabajo de los profesionales de la salud. Un análisis realizado por el Foro Económico Mundial (WEF) destacó que la IA generativa podría optimizar la productividad del personal médico, lo que permitiría a los trabajadores de la salud realizar más tareas en menos tiempo. Según el WEF, las herramientas de inteligencia artificial, como los chatbots y los asistentes virtuales, pueden facilitar interacciones más intuitivas y fluidas entre los pacientes y los proveedores de atención médica, así como realizar transcripciones automáticas de consultas y resúmenes clínicos. Esto permite que los profesionales tengan más tiempo para centrarse en los aspectos críticos de la atención, como las interacciones cara a cara y la atención empática del paciente.
Las tareas administrativas, incluida la programación de citas y el seguimiento de los pacientes, suelen consumir una cantidad considerable de tiempo para los médicos y enfermeras. En este contexto, la IA ofrece soluciones para automatizar estos procesos y reducir la carga administrativa. Según un artículo de Lauren Chadwick publicado en Euronews, la IA podría liberar tiempo para que los trabajadores de la salud se centren en tareas clínicas de gran valor, mejorando así la eficiencia operativa. Bart de Witte, director ejecutivo de la Fundación Hippo AI, sugiere que, en un futuro próximo, es posible que los médicos hablen con los sistemas de inteligencia artificial en lugar de escribir sus notas, lo que permitiría pasar de sistemas sin papel a sistemas «sin teclado». Esta capacidad de interactuar de forma natural con la tecnología ayudaría a mejorar la calidad de la documentación médica y a reducir el tiempo dedicado a las tareas administrativas.
La IA también se está utilizando para optimizar el triaje, un proceso fundamental en los entornos hospitalarios. La carga de trabajo, que se agravó durante la pandemia, ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con herramientas que ayuden a los profesionales en esta tarea. Jamie Rose, en un artículo para Bayesian Health, explica que la IA puede aliviar la carga del personal de triaje mediante sistemas que recopilan la información de los pacientes y la analizan para identificar las necesidades de atención de urgencia o determinar si es necesario realizar pruebas adicionales. Esto ayuda a los profesionales de la salud a tomar decisiones rápidas y precisas, especialmente en tiempos de gran demanda.
Además, la IA permite la monitorización continua de los pacientes con enfermedades crónicas, garantizando que sigan los tratamientos entre las visitas. En estos casos, los asesores de salud con tecnología de inteligencia artificial pueden brindar apoyo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para ayudar a los pacientes a controlar su salud a un costo menor que el de un asistente humano. Estos asesores no solo recuerdan los medicamentos, sino que también alertan a los equipos médicos sobre cambios significativos en el estado del paciente, lo que mejora la continuidad de la atención y reduce la necesidad de intervenciones urgentes.
En regiones con personal sanitario limitado, la IA puede ser una herramienta crucial para ampliar la cobertura y mejorar el acceso a los servicios médicos. Jamie Rose también menciona que, en las zonas donde no hay técnicos en ecografía ni radiólogos, las herramientas de inteligencia artificial pueden ayudar a interpretar imágenes, como las radiografías de tórax, para detectar signos de enfermedades como la tuberculosis o la neumonía. Al aplicar la IA en estas regiones, las evaluaciones médicas se pueden realizar con una precisión similar a la de los especialistas humanos, ampliando así los servicios de salud y proporcionando cuidados esenciales en áreas remotas.
Además de abordar la escasez de personal, la IA también puede desempeñar un papel en la equidad en salud. El Foro Económico Mundial ha lanzado la Alianza Global para la Salud de la Mujer para cerrar la brecha de género en la atención médica. Esto es importante porque los estudios muestran que las mujeres pasan más años de su vida en condiciones de salud debilitantes que los hombres. La IA puede ayudar a reducir esta brecha al facilitar la recopilación de datos específicos sobre la salud de las mujeres y al proporcionar diagnósticos más rápidos y personalizados.
Otro uso importante de la IA es en la gestión de las enfermedades degenerativas. La OMS ha destacado que el acceso a los medicamentos para enfermedades neurológicas como el Parkinson y la epilepsia es limitado en muchos países. La IA puede ayudar a identificar patrones en los datos de salud y mejorar los sistemas de distribución de medicamentos esenciales, ayudando a reducir el impacto de estas enfermedades en los pacientes y sus familias.
A pesar de los evidentes beneficios, la implementación de la IA en la atención médica plantea desafíos importantes, en particular en lo que respecta a la privacidad de los datos y la regulación de estas tecnologías. La Organización Mundial de la Salud ha advertido de que, si bien la IA avanza rápidamente, los organismos reguladores pueden tener dificultades para evaluar y supervisar estas herramientas de manera eficaz. Los sistemas de IA deben cumplir con los estándares de privacidad y seguridad de los datos para proteger a los pacientes de los posibles riesgos. Además, las herramientas de diagnóstico de IA deben someterse a rigurosas aprobaciones reglamentarias, lo que puede retrasar su adopción, aunque garantiza que sean seguras y eficaces.
Otra preocupación es la aceptación de la IA en la práctica clínica. Como señala Tom Davenport, del Babson College, los sistemas de IA, especialmente en el diagnóstico, tardan en integrarse de forma natural en los flujos de trabajo de los profesionales de la salud. Es esencial que estas herramientas se vean como un apoyo para los trabajadores de la salud, no como una amenaza para su trabajo, ya que la IA está destinada a ayudar, no a reemplazar, el trabajo humano.
La inteligencia artificial ofrece una solución prometedora para mitigar la escasez de personal médico en todo el mundo. Mediante la automatización de las tareas, el apoyo al diagnóstico y la mejora del acceso a la atención médica en áreas desatendidas, la IA puede transformar la forma en que se presta la atención médica. Sin embargo, su implementación debe ser cuidadosa y ética, garantizando la protección de los datos de los pacientes y una integración fluida en los flujos de trabajo clínicos. Con una adopción responsable, la IA puede ayudar a los sistemas de salud a abordar los desafíos actuales y construir un futuro más equitativo y accesible para todos.
Fuentes: